La aldea
mellariense de Navalcuervo ha vuelto a celebrar su Belén Viviente durante la
noche del pasado sábado 29 de Diciembre.
Alrededor de
las 19,00 h, y con un desafortunado aguacero, comenzaba el primero de los cinco
pases que tendría lugar a lo largo de la noche, disfrutando los más de 600
visitantes, de este encantador pueblo convertido completamente en un Portal de
Belén, pudiéndose degustar a lo largo del recorrido las tradicionales gachas,
quesos frescos, castañas asadas, dulces bellotas y copitas de anís, para
combatir el frío.
Las
lavanderas, la Huída a Egipto, la Anunciación, los palacios de los Magos de
Oriente, el Castillo del Rey Herodes, la Posada, la Adoración de los Magos en
el Portal de Belén, y un sinfín de puestos callejeros en los que podíamos ver
representados los distintos oficios artesanales expuestos, tales como
carpinteros, herreros, tejedores, castañeras, panaderos y pastores, conformaban
este Belén entre luces de antorchas y humos de candelas, Belén que este año incorpora notables
novedades como la danza oriental de las esclavas del Rey Herodes, la danza de
las aguadoras y la de las molineras, así como la incorporación de un pilar con
peces de distintos colores y algún que otro pato, y la nueva ubicación,
bastante acertada, del Pesebre.
Alrededor
del centenar de vecinos del pueblo participan en este evento que no se
celebraba en Navalcuervo desde las navidades del pasado 2010.
El Niño
Jesús era en esta ocasión un precioso bebé de ojos azules con tan solo cinco
meses.
A pesar de
que la tarde no se presentaba demasiado halagüeña, la noche no resultó ser tan
fría y desapacible como en ediciones anteriores, y como es habitual, los
tradicionales pestiños y dulces caseros de la aldea y el chocolate, así como la
verbena celebrada, completaron este día tan grande para todos los vecinos de
Navalcuervo.
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