Ha concluido la restauración del Santísimo Cristo de Santa María de Gracia, que se venera en la ermita de la patrona de Fuente Obejuna.
La restauración de tan portentosa imagen de Cristo Crucificado del siglo XV se ha prolongado durante los últimos cinco años. La Hermandad de Nuestra Señora de Gracia se embarcó en este proyecto el día 6 de octubre de 2007, preocupada por el lamentable estado en que se encontraba la talla.
En la tarde del sábado 23, el Cristo llegará a la Parroquia de Nuestra Señora del Castillo trasladado solemnemente desde la Ermita de San Sebastián.
El domingo 1 de julio a las siete y media de la tarde se celebrará la eucaristía con la que concluirá un quinario de acción de gracias. A continuación, los restauradores Rosa Cabello y Enrique Ortega expondrán el proceso de restauración a los fieles y devotos allí congregados.
La escultura estaba muy deteriorada; los brazos desensamblados, importantes ataques de insectos xilófagos, grandes fendas a lo largo de toda la imagen, además de la policromía debilitada, descohesionada y perdida en grandes zonas de las encarnaduras.
El criterio seguido en el desarrollo de todos estos trabajos ha sido el respeto absoluto al original. Todas las intervenciones se han ejecutado mediante procedimientos reversibles que garantizan la integridad de la obra. Los esfuerzos de los restauradores se han centrado en dos vertientes; en primer lugar paliar los daños que presentaba la imagen; y esto sin olvidar eliminar las causas que habían provocado el deterioro.
Antes de emprender los trabajos de restauración, los restauradores llevaron a cabo un análisis exhaustivo y sistemático de toda la imagen; complementado con un estudio radiográfico y la realización de una investigación analítica para conocer, tanto el tipo de soporte como el número de estratos que conformaban la policromía, así como la caracterización de los materiales que la constituyen.
Aunque el ataque de xilófagos no estaba activo se realizó un tratamiento de desinsectación por anoxia. A continuación se procedió a la consolidación estructural del soporte y el reensamblaje de los hombros.
Ha sido necesario fijar toda la policromía de la imagen, para garantizar su perdurabilidad. La limpieza de la policromía ha sido respetuosa con las pátinas, haciendo un seguimiento bajo lupa binocular de todo este proceso.
Las pérdidas de policromía han sido reintegradas cromáticamente para permitir la correcta contemplación de la escultura, que ahora luce sin que los deterioros desvirtúen y enmascaren sus valores estéticos y devocionales.
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