Nobleza, inocencia,
bondad, valentía, estas son sólo algunas de las virtudes con que Dios dotó a
Juan Miguel Díaz Expósito durante su corta vida.
La mañana
del pasado martes 6 de Agosto, cuando Fuente Obejuna se preparaba para celebrar
su feria, fallecía este joven mellariense de bien cuando tan sólo contaba con
30 años de edad, dejando este fatal desenlace consternado a todo un pueblo.
Afortunadamente tuve la dicha de compartir
gratos momentos con él que me hicieron comprobar el tesón y la resignación con
que ha llevado su enfermedad, el cariño y la dulzura con que trataba a las
personas mayores, la inocencia de su mirada, la fidelidad hacia sus amigos y el
amor que profesaba a su familia.
A veces me resulta difícil entender esta
vida, Juan Miguel no tenía que haberse marchado tan pronto, tenía toda una vida
por delante. Todos teníamos la esperanza de su curación, siempre pensé que
saldría adelante, a pesar de sus recaídas. “Juan Miguel, dejaste tu huella bien
marcada en el corazón de los mellarienses.
Nuestra grandiosa Parroquia se quedaba
pequeña la mañana de tu funeral. Pude comprobar el dolor que reflejaban los
rostros de tus amigos y las lágrimas que se derramaban por tu irremediable
pérdida.
Aquí quedan
tus desconsolados padres, tus entrañables abuelas y tus queridos hermanos Dani
y María, que si de algo están seguros todos ellos es de que Dios te tenía
reservado el mejor de sus sitios en su Reino.
Descansa en paz querido Juan Miguel,
mientras estés presente en la mente de quienes tuvimos la suerte de conocerte
permanecerás vivo en nuestros recuerdos para siempre.
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