Se trata de una cita sagrada para muchísimos ciudadanos y que cuenta con una altísima participación. Si bien el día de los Difuntos, hay muchas personas, los días anteriores el camposanto ya estaba lleno de centros de flores, plantas y cirios en recuerdo de los familiares y amigos fallecidos.
Resultaba difícil encontrar un rincón sin adornar, y el goteo de gente fue continuo durante toda la jornada. Personas mayores y jóvenes, familias enteras, en pareja o en solitario, fueron cientos los vecinos que acudieron al cementerio.
Han sido unos días muy movidos en el cementerio Municipal de gente encalando, limpiando las tumbas, colocando los centros de flores y velas, todo para que estuviera a punto para honrar a los difuntos.
El lunes a las doce y media de la mañana se celebraba en el cementerio municipal, una multitudinaria misa en honor de los difuntos, celebrada por el párroco de la localidad.
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