Tras la
solemne Vigilia Pascual del Sábado Santo, la imagen de Cristo Resucitado volvió
a atravesar el dintel de la Puerta del Sol de la Parroquia de Ntra. Sra. del
Castillo portado por niños, al igual que la Virgen de Gracia, creándose ya
desde pequeños y cantera de futuros costaleros. Ntra. Sra. de Gracias atravesó
la puerta de la Epístola y recorrió la Plaza Monseñor Miguel Castillejo,
Corredera, Regidor Caballero Villamediana hasta llegar a la Plaza Lope de Vega
para reencontrarse con su Hijo Resucitado, lugar donde los esperan impacientes
centenares de vecinos del pueblo.
El colorido producido por las bengalas que portan los acompañantes de esta singular procesión da a esta celebración un ambiente festivo.
Jesús Resucitado bajó una vez más las escalinatas de la Plaza Lope de Vega. Tras el reencuentro de Cristo Resucitado con su Madre de Gracia se saludaron haciendo una simpática inclinación y comenzó el tradicional revoleteo de banderas al son del tambor del Ronquillo, que ha pasado a las manos de Sebastián Gómez Murillo tras el fallecimiento hace ya algunos años de nuestro queridísimo hermano Ricardo.
Un
castillo de coloridos e impresionantes fuegos artificiales y el sonido de las
tracas subieron el ánimo y a su vez asustaron a los más pequeños quienes
disfrutaron de un espectáculo que combinó los fuegos de artificio con música de
bandas sonoras de películas.
La
tradicional traca con el lema "VIVA EL SANTO ENTIERRO" cerró esta
noche de alegrías y emociones.
La
mañana del Domingo de Resurrección tras la Eucaristía, las banderas volvieron a
ondear por calles y plazas de Fuente Obejuna durante una larga jornada que
comenzó en la Plaza Lope de Vega y recorrió diferentes rincones de Fuente
Obejuna sembrando el ambiente festivo allá por donde pasaron.
El
Capitán (Rafael Pérez Benavente), el Alférez (Juan Pulgarín León) y el Sargento
(Erenia Cabezas Muñoz) nombramientos que cada año recaen en distintos hermanos
por orden estricto de antigüedad en la hermandad del Santo Entierro, invitaron
a todos los acompañantes a cervezas, copas de vino, no faltando normalmente
nuestro producto estrella, el jamón de pata negra.
La tarde del Domingo de Resurrección se presentó
tormentosa y muy lluviosa, algo que no impidió que los mellarienses siguieran
celebrando la Resurrección del Señor en el interior del cuartel del Santo
Entierro hasta altas horas de la noche con cantes, bailes y muchas ganas de
diversión.
Francisco Javier Cabezas
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