martes, 12 de noviembre de 2013

In Memoriam a Claudio Jurado Pulgarín, gran poeta, mejor persona


 
 
A lo largo de esta vida se conoce a personas a las que realmente merece la pena tener como amigos. Claudio Jurado Pulgarín era una de ellas.
En cierta ocasión me dijo que las personas permanecen vivas siempre que haya alguien que las recuerde, algo que se me quedó bien grabado.
Cuando alguien a quien quiero se marcha de este mundo, cierro los ojos y pasan por mi mente, como si de un trailer de una película de cine se tratase, los mejores momentos que viví junto a ese ser. Así quiero yo recordar a mi amigo Claudio, con su crónico estado de buen humor y su copa de rioja en la mano contando sus chascarrillos.
Claudio Jurado Pulgarín, maestro de los poetas mellarienses, cargado de una sensibilidad y sencillez que le llevaron a escribir algunos de los versos más bellos que hayan salido de la pluma de un mellariense, nació un 8 de Enero de 1942 en Fuente Obejuna.
Diplomado en Magisterio por la Universidad de Córdoba, realizando a su vez estudios  comunes en la Facultad de Filosofía y Letras de Sevilla, fue premiado en la Tertulia Literaria del Ateneo gaditano.
Impartió clases de E.G.B. durante largos años en Cádiz, ciudad a la que adoraba, siendo trasladado posteriormente a Granada donde tuve la oportunidad de visitarlo en una ocasión. Finalmente fue profesor en el I.E.S. “Lope de Vega” de Fuente Obejuna donde se jubiló.
Fue un incondicional colaborador cada verano en la revista de feria “Fons Mellaria”, así como en otras revistas y círculos poéticos en la ciudad de Cádiz.
Parte de su obra poética fue recopilada y publicada en el libro “Sombras del Aire” donde compartió parte de su antología con otros poetas de Fuente Obejuna.
Pregonó la Semana Santa Mellariense en el año 1988.
Como bien decía al principio, Claudio sigue vivo en mis recuerdos, en el de sus hijos, en el de sus hermanas y sus paisanos.
¡Qué mejor manera de homenajearlo y cerrar estas líneas que recordando uno de sus bellos poemas!.
                         Yo sé
                        que alguna tarde desmayada
                       recordarás
                       mi ausencia irreversible
                       -no muy lejana-
                       brotarán tus ojos de distancia
                       lágrimas de nostalgia
                       e imposibles.
       Escrito el 26 de Enero de 1990 en la ciudad gaditana de San Fernando.
Francisco Javier Cabezas

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