jueves, 19 de enero de 2012

San Sebastián, Patrón de Fuente Obejuna

TEXTO TOMADO DE LA HISTORIA DE LA YLUSTRE VILLA DE FUENTE-OBEJUNA, ESCRITA EN 1.780, POR D. FRANCISCO CABALLERO VILLAMEDIANA, REGIDOR PERPETUO Y CRONISTA OFICIAL DE ESTA VILLA




En el año 1.648 se levantó por toda ésta Monarquía una furiosa peste que duró hasta el de 1.651 inclusive, se fue extendiendo generalmente el contagio, y hallándose infestado casi todo el Reino, llegó a la Ciudad de Sevilla y su comarca, pasó a la de Córdoba y sus inmediaciones con su cruel estrago; llegó el 1651 hasta el lugar, de Villanueva de Cárdenas, distante cuatro leguas de ésta Villa mirando al Sur, en las que hizo terribles estragos; sin haberse experimentado en la nuestra villa las diligencias más oportunas a fin de precaver la inminente desgracia y se había amurallado el pueblo todo en redondo (además de las órdenes generales expedidas por el Gobierno) para defender la entrada de la epidemia; hallándose ya todo el pueblo en la mayor confusión aflicción y angustia, y nada bastara a precaverse de tan funesta tragedia, a no haber acudido en la Villa, todo el Pueblo a aclamar a éste Santo bendito por su patrono, con el suceso siguiente:

Día 31 de Diciembre de 1.651 conmovida esta Villa de particular inspiración, mando tocar a Cabildo abierto general en sus casas Consistoriales y Plaza contigua, que todo se llenó de gente, asistieron a éste acto con singular fé todos, el Clero, la comunidad de el Ntrº Padre San Francisco con toda la principal, numerosa y lucida Nobleza y plebe, y asó todos juntos de un mismo acuerdo, apellidaron a una vez y aclamaron al Heroico Mártir San Sebastián por patrono tutelar y protector de ésta Villa y sus 24 Aldeas, publicando su día el 20 de Enero de guardar perpetuamente, y para solemnizar éste voto pasaron a la Iglesia parroquial con todo el acompañamiento referido y en devota procesión, preste revestido, juraron solemnemente sobre los Santos Evangelios, el Ayuntamiento y comunidad a nombre del resto del pueblo, el voto referido de tener perpetuamente a éste Santo bendito por su Patrono y guardarle su día.



Inmediatamente fueron por el Glorioso Santo en lucida procesión y de su santa casa (que se halla extramuros) lo trajeron a la Parroquial para perfeccionar enteramente con la solemnidad más católica su religioso voto, acudió esta Villa en nombre de las demás el Ilustrísimo Señor D. Pedro de la Tapia, Obispo de Córdoba, y su Ilustrísima aprobó cuanto estuvo de su parte y a nombre de Su Santidad todo lo ejecutado por esta Villa en honor de su Patrono, con cuya acción quedó asegurado perpetuamente el fervoroso anhelo de éste pueblo con la singular dicha de conseguir tan invicto Patrono y protector. Se hicieron en acción las gracias con la mayor suntuosidad muchos novenarios así por ésta Ylustre Villa, como por los Eclesiásticos, seculares y regulares, señores principales del Pueblo y sus gracias a su glorioso patrono, por haberlas enteramente librado de tan terrible contagio, con admiración de todos los Pueblos inmediatos que experimentaron con arto dolor suyo, las más rigurosas ruinas, quedando solamente nuestra Villa exenta de su rigor, sin duda por la intercesión poderosa de su Patrono, y singular protección.

Volvió a reverdecer después sin intermisión desde los años de 76 hasta 82 del mismo siglo, la misma epidemia en todas estas provincias, no habiendo jamás experimentado nuestra villa, el más mínimo efecto de su rigor, haciéndole a este Santo bendito fervorosas rogativas, novenarios y procesiones; finalizando con agradecidas demostraciones de gracia como a su único libertador. En el 61 de éste mismo siglo se experimentó igual favor luego que se accedió a nuestro Patrono con las acostumbradas súplicas, extinguiéndose inmediatamente una epidemia contagiosa con unos fuertes dolores de costado que en Marzo de dicho año se introdujo en esta Villa dejando ya sumamente infestado todas estas inmediaciones una asombrosa mortandad, y aunque en esta Villa se comenzó a sentir el estrago, cesó inmediatamente, luego que se acudió con las acostumbradas súplicas, rogativas solemnes novenarios y procesiones a nuestro invicto Patrono.

Vea el curioso si son estos prodigios motivos suficientes para que esta Villa y sus vecino estén sumamente agradecidos de éste Glorioso santo con tan obligados sucesos, efectos maravillosos de su especial protección, así continúan sus devotos en visitarlo diariamente, ofreciéndole ya limosnas, misas y novenarios, para que se digne continuar sus especiales influencias.


Sebastián Rufo.

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