"SI ALGO TENGO CLARO ES QUE FUENTEOVEJUNA NO LA PONE EN ESCENA UNA PERSONA SINO UN EQUIPO Y SERIA UN SUEÑO HECHO REALIDAD FORMAR PARTE DE ESE EQUIPO"
¿A qué edad comenzaste a hacer teatro?
Tenía catorce años cuando entré a
formar parte del Grupo de Teatro “La Cruz de Piedra” en labores de tramoya. Fue
en el año 1984, de la mano del “Moli”, cuando actué por primera vez
interpretando un pequeño papel en “Un hombre tranquilo”, obra representada a
beneficio de una Cabalgata de Reyes.
Dime algunas obras que hayas dirigido o en las que hayas participado
He participado en treinta montajes,
habiendo dirigido algunos de ellos, destacando “Bodas de Sangre” con la que
fundé el Grupo de Teatro “La Tramoya de Fuenteovejuna” en 1998 y “La Pasión”,
por el reto que supuso coordinar a cincuenta personas en un espacio escénico
muy pequeño.
¿En cuántas ediciones de Fuenteovejuna
has participado y encarnando qué personajes?
He participado en siete de las ocho ediciones habiendo
interpretado los personajes de Frondoso, Flores, Alcalde Esteban y Comendador.
¿Con cuál de ellos te has sentido más cómodo?, ¿por qué?
Con
todos ellos me he sentido cómodo.
¿Por qué recomendarías a los lectores hacer teatro?
El teatro te da la posibilidad de conocer otras formas de pensar, de vivir,
de sentir diferentes a las de uno, algo que te enriquece culturalmente, porque
te da la posibilidad de denunciar las miserias e injusticias del ser humano, y
sobre todo porque te relacionas y conoces a personas.
Después de representar el papel de
Comendador ¿a qué más se puede aspirar en Fuenteovejuna?
Después
de Comendador se puede aspirar a todo en Fuenteovejuna.
Te aseguro que tendría la misma ilusión si estuviera entre cajas de regidor,
atrezzo, etc.
Siempre
he dicho que si Fuenteovejuna se
hubiera hecho antes de 1992 probablemente me hubiese dedicado a ello, pero fue
entonces cuando me lo ofrecieron y en esos momentos había otras prioridades en
mi vida, nunca me he arrepentido de ello.
En
Fuente Obejuna, hoy día, hay algunos jóvenes que tienen la carrera de arte
dramático y estoy seguro que se decidieron a estudiarla después de haber vivido
esas primeras ediciones de Fuenteovejuna
siendo niños, entrándole en las venas el veneno del teatro.
Una de
las cosas que más me ha alegrado este año ha sido la cantidad de niños que han
querido hacerse una fotografía conmigo, al igual que con mis compañeros de
reparto; en ellos está el futuro de la representación.
¿Te sientes preparado para dirigir Fuenteovejuna?
Si algo tengo
claro es que Fuenteovejuna no la pone
en escena una persona sino un equipo y sería un sueño hecho realidad formar
parte de ese equipo, pero los sueños son eso, sueños.
Francisco Javier Cabezas
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